Reseña - El viaje más largo

Título: El viaje más largo

Título original: The longest ride

Director: George Tillman Jr.

Reparto: Scott Eastwood, Britt Robertson, Alan Alda, Oona Chaplin, Jack Huston, Melissa Benoist…

Año y país: 2015, Estados Unidos

Duración: 139 minutos

Género: Romance, Drama.

Sinopsis (Extraída de Filmaffinity)

Historia de amor entre Luke, un antiguo campeón de rodeo buscando su vuelta a la competición, y Sophia, una estudiante a punto de embarcarse en su sueño de trabajar en el mundo del arte en Nueva York.

Opinión personal:

Aunque las críticas no la ponen precisamente buena, debe ser a que tampoco se han molestado en indagar y ver como son todas y absolutamente las películas de nuestro querido Nicholas Sparks, o simplemente, no han visto muchos de sus largometrajes. Y sí, estamos ante una de las nuevas adaptaciones de sus novelas.

Tuvimos la oportunidad de acudir al preestreno de la misma a principios de mayo en el cine Capitol de Madrid, pero con la fatalidad de la Universidad acechando en el camino, no hemos podido comentarla antes. La sala estaba a rebosar y no solo de críticos de cine o bloggeros, sino de madres con sus hijas y las amigas de las hijas, parejas, y todo lo que puedes ver cuándo vas al cine a ver una de amor. Nada que nos sorprenda ya. Como no pudieron acudir a la cita los actores protagonistas, que andaban de promoción por otras ciudades, en nuestro preestreno apareció la polifacética cantante y actriz Angy, que bueno, nos dejó bastante claro que tampoco se había leído el libro, que no sabía ni siquiera de la existencia de tal película y que “a ella simplemente la había invitado la productora y allí estaba”. Y después de dejarnos claro lo afortunada que es la actriz por compartir escenas con ese chico tan guapo y tan buenorro y que ojalá todas fuéramos ella (declaraciones muy propias de la Súper Pop) abandonó el pequeño escenario para dar comienzo a la película.

La película, si bien es larga, no se sale de la línea del resto adaptaciones de Nicholas Sparks. Obviamente, si te has leído el libro, probablemente lo preferirás más porque suele ocurrir, pero si no eres muy de leer, la película (aunque no cuente exactamente todo) para mi gusto está bien montada, contando lo imprescindible y fundamental de tal manera que puedas ubicarte sin la necesidad de tomar el libro.

Personalmente, me ha gustado mucho y eso que soy muy crítica con las adaptaciones de este autor puesto que en algunas ocasiones se pasan por el moño lo que pone en los libros. Es cierto que entre Scott (interpreta a Luke) y Britt (Sophie) no ha debido de haber buena química o que quizá simplemente, no me pegaban como pareja. Pero la historia de (procuraré no destripar mucho) Ira era tan emocionante que os juro que volví a soltar alguna lagrimilla en alguna escena. Los flashback al pasado sobre su vida, contados a través de cartas que Sophie le iba leyendo a petición de Ira, es lo que hacía de la película que fuera larga, pero es que es un libro algo extenso y son partes muy fundamentales. A través de esas historias, Sophie va viendo que su vida, su futuro y su relación con Luke tienen que tomar un mismo camino y que por ello tendrá que tomar grandes decisiones. Lo que no esperará ni Luke ni Sophie es que Ira, finalmente y de manera indirecta, será la ficha clave de su relación. Y es que lo escribo, os intento no destripar nada, y todavía me sale una sonrisa en la cara cuando recuerdo las escenas de la película.

Igual Angy llevaba razón. Pero es que… ¿quién no quiere vivir un romance como los que aparecen en los libros de Nicholas Sparks? O mejor, ¿quién no quiere un marido como él? Afortunada su mujer y sus hijos de tener a alguien así.

En definitiva, no vayas al cine si no quieres (o ve un miércoles que sale más rentable). Pero si un día (o una noche) tienes morriña de “peli, manta y sofá”, esta sin duda puede ser tu alternativa.